![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi6AlWEIXqlfqLvZf3A59pmb6FeAhW6P8F1MdQudwpSqu3qkg5cVXYDxK_pw_5R_Cz56gqGGjDwheTMFtDmgGcqWrqWGs0-Yhp1JzrVSJrYd-L73DktweaFWPJY6yKTtftLjUVXPINAkCQ/s400/4543_1165620254403_1044802537_503053_8099339_n.jpg)
Los juegos, son los reflejos vivos de nuestra niñez, los llevamos bien guardados dentro de nuestra memoria.
Y aunque esta etapa ya haya pasado, siguen latentes como reflejo de lo que fuimos, de nuestras ilusiones.
A pesar de que ya no me haga pis en los pañales, y que pronto me vaya a convertir en un profesional, me gusta imaginar que vuelvo el tiempo atrás, y vuelvo a esa etapa donde todo es risa y diversión, donde no hay reglas, horarios, ni obligaciones, y donde tus máximos héroes son tus padres.
Por más de que siga mi camino, ganando experiencia mientras lo transito, mi yo interior me pide a gritos que le de espacio a ese niño que llevamos dentro siempre y nos ayuda a recordar que la vida a veces es un chiste y que necesitamos ser libres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario